Siempre nos gustó más la madera por el sobre el metal, en parte debido a que teníamos más herramientas y conocimientos para trabajar madera que fierro. También por que el fierro es un material más sucio de manipular y más ruidoso al momento cortar y desbastar. Estos factores hacían que no nos interesara tanto el metal, hasta que conocimos la pintura electrostática!.
Fue una revelación ver por primera vez un mueble de fierro pintado de un amarillo o un azul, con una terminación homogénea y duradera. Para los que no conocen la pintura electrostática, en resumen, se trata de pintar con una pistola que rocea un polvo que se adhiere al metal, para luego ser derretido dentro de un horno y quedar sobre la superficie metálica para siempre.
El elemento color, algo más complicado de lograr sobre la madera, fue lo que nos llamó la atención, y fue lo que nos dio ganas de crear una silla completamente de metal y de colores!
Al igual que la silla Mudra, el enfoque es minimalista, por lo que decidimos basarnos en los aspectos mínimos de un objeto para sentarse, un asiento y un respaldo. En base a este planteamiento, plegamos una lámina de fierro que logre esta funcionalidad, soportada por una estructura que otorgue ligereza y protagonismo al pliego, dando la impresión que el asiento y el respaldo estén flotando en el aire.
Fue una gran apuesta, en cuanto a la estabilidad y al peso que podría resistir, sin embargo, se logró! La silla Pliego, logra resistir más de 150kg, es cómoda y estable, y del color que queramos!
Actualmente es nuestra segunda patente de diseño, y ha sido nuestro producto más existoso.
(La foto es del primer prototipo, en el primer taller de pintura)